José Liberato Contreras Fernández, El Chato de Puerto Lumbreras (1938-2000), fue un gitano nativo de Lubrín, en el oriente almeriense, pero afincado en Puerto Lumbreras (Murcia, España) que vivía de la venta ambulante. Pero su destreza como músico y cantaor de músicas tradicionales de la zona lo hicieron famoso y muy buscado para amenizar los bailes de parrandas en los bares, tan del gusto en los límites murciano-almerienses, que puso de moda él mismo a partir de mitad de la década de 1970 a raíz del abandono de los cortijos de la zona con las emigraciones y la desaparición de sus populares bailes y bailes de rifa. El Chato tuvo escuela en varias localidades de esa comarca y gracias a ello logró revitalizar un panorama tradicional decaído, marcando con su estilo tanto los bailes como la música de sus seguidores, de tal manera que en los bailes populares es posible apreciar quién fue alumno de El Chato por sus evoluciones.
Como tantos otros intérpretes del folclore musical popular, El Chato de Puerto Lumbreras estaba destinado a tener, por su origen y contexto, escasa importancia social. Sin embargo, aprovechando al máximo sus habilidades artísticas, es decir, siendo muy bueno en lo suyo, tuvo fama y un relevante protagonismo festivo en los ambientes donde era conocido. E incluso podía vivir, aunque fuera parcialmente, de ello.
El Chato falleció trágicamente en junio de 2000.
Su fuerte personalidad hacía que la cuadrilla de músicos que él llevaba (siempre cambiante) fuera conocida como “La cuadrilla del Chato de Puerto Lumbreras”, cuando lo habitual es que un grupo así estuviera vinculado a su localidad de procedencia y no a una persona.
Su personal estilo de interpretar esta modalidad de parrandas que mostramos en el vídeo incluido en el Canal Memorias de la Tradición
www.youtube.com/user/antropologoclemente(parrandas del medio las llamaba él), las hizo muy conocidas como “las parrandas del Chato”, e imitadas entre cuadrillas, grupos folclóricos, peñas y demás grupos vinculados a la música tradicional del Sureste español. También se les llama parrandas peretas porque las enseñaba Pedro Belmonte, El Tío Perete, un conocido músico popular de mitad del siglo XX de Puerto Lumbreras. Son músicas cuya manera de tocarse (véase el uso de la guitarra, matando la sexta con el pulgar, por ejemplo), las hacen estar emparentadas con algunos estilos flamencos.
En esta ocasión, el baile suelto fue celebrado en un salón social de La Alberca de las Torres (Murcia, España), el 30 de marzo de 1995 y fue organizado por varios grupos folclóricos, en auge en aquella época. El Chato está acompañado por su hijo Antonio Contreras Muñoz (1966) al laúd y Domingo Morilla, Mingo, a la pandereta. Primeramente son "sordas" (es decir, sin cante) y luego con voz, que El Chato canta con su característico estilo. Como estribillo de la seguidilla utiliza los tres últimos versos de otra seguidilla (Una novia tenía / me la quitaron / se la quité yo al otro / y así cambiamos), un recurso utilizado por los cantaores en el fragor del baile, cuando salen una tras otra las coplas y no siempre hay tiempo de pensar, por lo que hay repeticiones, invenciones sobre la marcha, mezcla de coplas, o, como aquí, utilización parcial de una:
Una tórtola canta
en un almendro,
en su cante decía
viva mi dueño.
Me la quitaron,
se la quité yo al otro
y así cambiamos.
Para conocer más sobre estas músicas puede verse el siguiente artículo:
revistas.um.es/flamenco/article/view/248171/189231Vídeo y texto: Manuel Sánchez Martínez.
Colección Memorias de la Tradición: Licencia Creative Commons BY-NC-SA
En el siguiente blog se pueden encontrar los vídeos de esta colección formando parte de una explicación general:
memoriasdelatradicion.blogspot.com.esCorreo electrónico:<
22>[email protected]Se ruega citar la procedencia y comunicar los posibles errores
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Viajes y eventos
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