Los bailes de parrandas en el sureste español fueron herederos directos de los bailes de los cortijos y se empezaron a realizar en la década de 1970 en los bares de las comarcas limítrofes entre las provincias de Murcia y Almería (municipios de Puerto Lumbreras, Lorca, Huércal-Overa, Vélez Rubio...). Parece que el primero en ponerlos en marcha fue el habilidoso músico popular José Liberato Contreras Fernández, El Chato de Puerto Lumbreras (1938-2000), aunque después vinieron otros, especialmente otro excelente guitarrista popular. José María Lasso Pérez, El Cojo de Henares (1943), manteniendo un sistema festivo basado en el baile suelto que, con altibajos, dura hasta el presente.
Unos 25 años después del renacimiento de esos bailes en los bares, los bailes de parrandas se habían instalado en los hogares de la tercera edad o de pensionistas de la zona. El natural incremento de la edad de los usuarios mayoritarios hizo que este tipo de bailes siguiera adaptándose a las circunstancias sociales cambiantes y se refugiara en estos espacios públicos de servicios sociales, los cuales contaban ya con salones grandes y barra de bar para poder reproducir el sistema de bailes imperante en la zona desde dos décadas antes. A ellos, aunque con mayoría de ancianos o casi ancianos, acudía gente de todas las edades, incluidos niños que habían aprendido a bailar con alguno de los profesores de la zona o bien con sus familiares mayores, siendo menor la presencia de gente de mediana edad, pues hubo una generación casi “vacía” de afición por los bailes sueltos, que prácticamente pasó de abuelos a nietos. Este gusto por los bailes de su juventud hacía que los más mayores, en buena forma todavía, se atrevieran a echarse unas trepidantes parrandas…
Para muestra de este tipo de bailes, incluimos en la Colección Memorias de la Tradición
www.youtube.com/user/antropologoclementeimágenes del baile de parrandas celebrado en el Hogar del Pensionista de Puerto Lumbreras el sábado 17 de noviembre de 2001. Se tocan una de las clases de parrandas (variedad de seguidillas) que se suelen interpretar y que en la zona que se prefieren a cualquier otro tipo de tema como malagueñas (variedad de fandango) o jotas (de introducción reciente). Las parrandas se solicitan en largas series a los músicos, quienes les dan amenidad tocando las distintas clases que conocen. Esta clase de parrandas por re también se llaman “las de la prima”, y para su ejecución se suele bajar un tono entero a los violines, en combinación con la cejilla de la guitarra. De esta manera, la música de la guitarra sale más aguda, mientras que en los violines es más dulce.
Tocan algunos de los músicos habituales de la Cuadrilla de Henares (Lorca): Juan Gázquez Martínez, guitarra y voz; Pedro Cabrera Puche, violín; y el citado José María Lasso Pérez, El Cojo de Henares, guitarra y voz. Acompaña también Gilda a las postizas.
La escena reproduce lo que fueron los antiguos bailes sueltos de la zona (en otros lugares de España llamados de candil o de cascabel), con los músicos a un lado, y el público sentado formando corro en torno a la pista de baile, y la interacción de bailaores que se van intercambiando conforme se cansan o son requeridos para ello. El estilo de baile de la mayoría de los participantes denota su antiguo aprendizaje individual sin maestro, con la fórmula de mirar y repetir imitando la gestualidad, pues casi nadie baila igual a otro. También hombres y mujeres lo hacen distinto, según los hábitos locales, siendo ellas las que hacen el paso de deben de seguir ellos (que vigilan atentos con la mirada a cada momento), se muestran más airosas y elegantes (lo que no está reñido con la picardía de los “engaños”), con los brazos casi siempre más altos que los de ellos y también chasqueando los dedos, pues a diferencia de lugares donde varias mujeres solían tocar las postizas (castañuelas), en estos territorios es usual que sólo las toque una mujer, bien bailando o bien acompañando la música (como ocurre en esta ocasión), para no distorsionar con un repiqueteo excesivo la música, por lo que el resto de mujeres se acompañaba en el baile con el chasqueo de dedos.. El chasqueo de dedos mientras se baila es una costumbre muy arraigada desde antiguo, que en algunos lugares se conoce como “pitos” y en otros como “capirotes”,
Para conocer más sobre los orígenes de los bailes de parrandas y sus contextos puede verse el siguiente artículo:
revistas.um.es/flamenco/article/view/248171Vídeo y texto: Manuel Sánchez Martínez.
Agradecemos las especificaciones sobre estas parrandas facilitadas por Pedro Cabrera Puche.
Colección Memorias de la Tradición: Licencia Creative Commons BY-NC-SA
Pueden encontrar los vídeos de esta colección formando parte de una explicación general en:
memoriasdelatradicion.blogspot.com.esCorreo electrónico de contacto:<
15>memoriasdelatradicion@gmail.comSe ruega citar la procedencia y comunicar los posibles errores
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Viajes y eventos
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